jueves, 10 de marzo de 2011

Libia se desangra

Del diario LA REPÚBLICA

El pueblo LIBANO que en las calles, plazas y campos lucha por alcanzar para los suyos la democracia requiere CON URGENCIA la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU para dar por teminado la desigual guuerra civil en la que se han convertido las protestas contra GADAFI, el tirano que desde 1969 maneja a su antojo LIBIA.
Ante la parálisis y la desconcertante retórica internacional, el sátrapa recurre a la aviación y la artillería para arrasar las ciudades que han escapado a su control gracias a milicias de fortuna, reclutadas y conformadas por los mismos que inicialmente reclamaron pacíficamente sus derechos y que fueron calificados de drogadictos y partidarios de Al Qaeda por Gadafi.
Es preciso, por ello, reconocer cuanto antes al Consejo Nacional Libio, el órgano creado por los opositores para gobernar las ciudades arrancadas al control de Gadafi. Si el Consejo fracasara, esta decisión podría ser el preludio al ostracismo internacional que debería abatirse sobre quien está dispuesto a convertir a su país en un inmenso cementerio para mantenerse en el poder; pero si triunfa el Consejo, no solo habrá sido la posición éticamente correcta, sino también la más acertada políticamente.
El tirano debe saber que los recursos energéticos que maneja a su antojo nunca volverán a ser la palanca para su aceptación entre los países democráticos.
El Consejo de Seguridad de la ONU tendría que contemplar de urgencia la posibilidad de establecer una zona de exclusión aérea sobre Libia, de acuerdo a mecanismos previstos en la Carta de la ONU. El rol que puede jugar como protector de la población libia es insustituible, en momentos en que las principales potencias recelan unas de otras respecto de una política firme de sanciones contra Gadafi, que solo renunciará si se ve perdido. No existe, salvo la intervención del Consejo de la ONU, otro modo de detener la masacre.

GADAFI

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